Los edificios son responsables del 37% de las emisiones globales de CO2, por lo que descarbonizar el sector inmobiliario es clave para cumplir los objetivos climáticos. En este contexto, un reciente estudio de Schneider Electric concluye que la transformación de oficinas en espacios inteligentes y eléctricos puede disminuir sus emisiones operativas hasta un 70%.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la demanda energética de edificios comerciales y residenciales representa el 28% del consumo mundial. Y se prevé que esta cifra aumente un 3% anual hasta 2040 si no se toman medidas. Ante este panorama, mejorar la eficiencia energética del parque inmobiliario existente es una necesidad acuciante. Y la incorporación de soluciones digitales parece ser la vía más rápida y eficiente para lograrlo.
Así lo demuestra la investigación realizada por Schneider Electric y la consultora WSP donde se ha modelizado una típica oficina estadounidense de inicios de siglo bajo diferentes escenarios. Los resultados revelan que implementar sistemas de gestión inteligente reduce las emisiones operativas de CO2 hasta un 42%, con menos de 3 años de retorno de la inversión.
Además, prosigue el estudio, “si se sustituyen las tecnologías de calefacción alimentadas con combustibles fósiles por alternativas eléctricas y se instala una microgrid con fuentes locales de energía renovable, los edificios totalmente eléctricos y digitales reducirán otro 28% las emisiones de carbono de sus operaciones, lo que supone una disminución total de hasta el 70%”.
Mike Kazmierczak, vicpresidente de Digital Energy Decarbonization Office, el equipo que dirige la investigación basada en la ciencia y la innovación de productos para acelerar la transición energética dentro de la división Digital Energy de Schneider Electric, señala que “abordar las emisiones operacionales es la palanca número uno para descarbonizar los edificios existentes a escala y alcanzar los objetivos de emisiones net-zero para 2050. Este innovador estudio demuestra que es factible reducir las emisiones de carbono hasta un 70% si transformamos nuestro parque actual de edificios en activos energéticamente eficientes, totalmente electrificados y digitalizados”.
La receta perfecta: eficiencia, electricidad y digitalización
La clave está en combinar tres elementos: eficiencia energética, electrificación y digitalización. Optimizando estos factores se crea un círculo virtuoso que maximiza el ahorro de energía y emisiones.
Por un lado, la envolvente del edificio se mejora para minimizar pérdidas caloríficas. Luego, los sistemas se electrifican sustituyendo calderas y calefacción por bombas de calor aerotérmicas. Finalmente, dispositivos inteligentes monitorizan todos los consumos en tiempo real, permitiendo ajustes óptimos.
Según el informe Net Zero Carbon Buildings, de la organización World Resources Institute, esta hoja de ruta permitiría recortar entre un 80% y 90% las emisiones en edificios para 2050.
La tecnología, motor del cambio en la era post-COVID
La digitalización se revela así como la palanca fundamental para impulsar este nuevo paradigma en la era post-COVID. Tras la pandemia, la eficiencia energética se ha situado entre las máximas prioridades para empresas y gobiernos.
De hecho, la inversión global en tecnologías limpias crecerá un 40% en 2022 hasta alcanzar 1,4 billones de dólares, según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA).
Desde el punto de vista económico y de empleo, un reciente estudio del Boston University Institute for Global Sustainability y del Schneider Electric Sustainability Research Institute estima que existe un considerable potencial de creación de nuevos puestos de trabajo gracias a la transición a edificios con bajas emisiones de carbono.
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