Arquitectura, ingeniería y construcción han ido, a lo largo de la historia, unidos a un elemento que todos hemos utilizado en algún momento: el papel vegetal. Ya sea en la carrera o ya cuando hemos empezado a trabajar en algún proyecto, la ventajas que nos ofrecía este tipo de papel al dibujar manualmente a tinta nos permitía calcar, rectificar y manipular sin que se resquebrajara. Muchos archivos arquitectónicos están llenos de este tipo de papel con los dibujos de sus obras y proyectos. Sin embargo, esta imagen bucólica del profesional sobre la mesa de arquitectura dibujando a mano alzada hace tiempo que se ha esfumado gracias a la incorporación de la tecnología que, utilizando la practicidad y la eficiencia, ha mejorado los resultados, reducido los costes y ajustado al máximo los tiempos.
La llegada de los programas CAD fueron los primeros que nos permitieron mejorar nuestros procesos constructivos, a pesar de que muchos de los profesores de escuelas técnicas todavía miren con desconfianza a la tecnología. Hace ya más de dos décadas que aparecieron programas informáticos capaces de dibujar este tipo de planos, cambiando la forma de diseñar, haciéndose imprescindible el uso del ordenador. Ahora es el momento de que España, porque en otros países ya está mucho más implantada, introduzca la denominada tecnología BIM (Building Information Modeling) a su trabajo diario, beneficiándose de sus ventajas productivas y económicas.
La tecnología BIM es, según describe wikipedia, “el proceso de generación y gestión de datos del edificio durante su ciclo de vida, utilizando software dinámico de modelado de edificios en 3D y en tiempo real, para disminuir la pérdida de tiempo y recursos en el diseño y la construcción. Este proceso abarca la geometría del edificio, relaciones espaciales, información geográfica y las cantidades y propiedades de los componentes de edificio”.
Con esta nueva tecnología, los profesionales de la arquitectura, ingeniería y construcción contamos con una tecnología vanguardista que supone una revolución en el sector al permitir que, además de todo lo que habíamos hecho hasta ahora (modelización 3D, documentación del proyecto, planos, mediciones,..) va a mejorar los problemas de incoherencias, información contradictoria o errores en dichos documentos y en consecuencia en los costes y productividad de todo el proceso.
En definitiva, la tecnología BIM mejora sustancialmente y minimiza los errores en la documentación y la planificación de todo el proceso, desde el proyecto hasta el mantenimiento del edificio, pasando lógicamente por la construcción del mismo.
La implantación de esta tecnología y uso supone una oportunidad laboral para nuestros arquitectos, ya que cuenta con una completa formación técnica que le sitúa en una posición privilegiada a la hora de desarrollarse como coordinador de proyecto BIM, llamado internacionalmente BIM Manager. De este modo, puede aprovechar sus conocimientos en el campo de estructuras, instalaciones, mediciones y presupuestos, documentación y gestión para ocupar este puesto cada vez más demandado a nivel internacional.
La figura del Arquitecto BIM Manager español puede ser muy valorada en países donde no existe un técnico con la formación adecuada para este fin y donde es más común la utilización del BIM. Al respecto, en EE.UU, Reino Unido o en los países nórdicos es difícil encontrar a un técnico que no asuma la necesidad de utilizar este tipo de metodología. En Reino Unido, por su parte, el uso del BIM será obligatorio en licitaciones públicas a partir de 2016 y ya se ha dictado una directiva a nivel europeo para fomentar el uso del BIM para conseguir una mayor eficiencia en los recursos comprometidos a la obra pública.
Son muchas las oportunidades que representa el BIM para el sector en España y en todo el mundo. Empresas que quieren hacer proyectos internacionales, donde los profesionales no estarán en un mismo espacio de trabajo deberán coordinarse y, para ello, la mejor tecnología que tenemos en la actualidad es la del BIM. Por ello, la formación en este campo es fundamental y la Universidad debe apostar por ella. Y en este apartado el profesorado, que debe actualizarse constantemente, juega un papel fundamental.
Me consta que varias universidades están apostando por este cambio. Sin embargo, es imprescindible que el alumno termine su formación con las herramientas necesarias para entrar en la vida laboral de hoy y no que deba emplear de nuevo sus recursos para actualizarse al día siguiente de finalizar la carrera.
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