El sueño de tener una vivienda ¡se aleja cada vez más para millones de europeos. La asequibilidad de la vivienda ha empeorado en las principales ciudades del continente, donde los precios de compra y alquiler crecen a un ritmo muy superior al de los salarios. Según los últimos datos del informe de Oxford Economics “The future of EU cities: challenges and opportunities”, Madrid, Lisboa y Milán lideran este declive, con caídas en la capacidad adquisitiva de los ciudadanos.
El problema, aunque no es nuevo, se ha agravado en los últimos años. La combinación de especulación inmobiliaria, falta de vivienda y salarios estancados ha creado un cóctel explosivo, lo que supone una importante amenaza para las perspectivas de crecimiento en Europa. Al respecto, el economista sénior Dan Parker, detalla que “los precios medios de la vivienda en Europa se han disparado en la última década, y casi un tercio de las principales ciudades europeas han visto sus precios más del doble».
En España, por ejemplo, los jóvenes dejan la casa de sus padres a los 30, casi cuatro años después que la media europea, según el informe Young people leaving their home, 2024 (Jóvenes que dejan su hogar, 2024). Además, la tasa de jóvenes de 25 a 29 años en casa de sus padres afecta al 64% de españoles frente al 42% de la UE.
Pero este no es un fenómeno exclusivo de nuestro país: en Portugal, Italia, Alemania y Países Bajos, la situación es igualmente preocupante. Ante esta situación, los expertos advierten de que, sin políticas públicas contundentes, la asequibilidad de la vivienda seguirá deteriorándose, especialmente en las grandes ciudades, donde la demanda supera con creces la oferta.

Madrid, Lisboa y Milán: los casos más críticos
El deterioro de la asequibilidad de la vivienda es especialmente grave en las capitales del sur de Europa. En Madrid, el precio medio del metro cuadrado ha superado los 4.000 euros, un récord histórico que sitúa la ciudad entre las más caras del continente.
Un incremento que no solo afecta al precio de compra: los alquileres también se han disparado, consumiendo más del 50% del salario medio en barrios céntricos. Según un informe de Idealista, el 38% de los madrileños destina más de la mitad de sus ingresos a pagar el alquiler, una cifra que supera con creces el umbral del 30% que la OCDE considera «asequible».
En Lisboa, la situación es aún más extrema. La capital portuguesa ha visto cómo los precios se multiplicaban por dos en menos de una década, impulsados por el turismo y la compra de viviendas por parte de fondos de inversión. De hecho, Portugal se ha convertido en el país de la OCDE con peor acceso a la vivienda.
Hoy, el 70% de los lisboetas no puede permitirse comprar una vivienda, y los alquileres en el centro superan los 1.200 euros mensuales para un piso de 60 metros cuadrados. El gobierno portugués ha intentado frenar la especulación con medidas como el control de alquileres, pero los resultados han sido limitados.
Milán, por su parte, se enfrenta a un problema similar. La ciudad italiana, motor económico del país, ha visto cómo la asequibilidad de la vivienda se reducía drásticamente en los últimos años, con precios de hasta 5.000 euros el metro cuadrado en la ciudad.
Berlín y Ámsterdam: el norte de Europa también sufre
Aunque tradicionalmente se ha asociado el problema de la asequibilidad de la vivienda con el sur de Europa, las ciudades del norte no son inmunes. En Berlín, los alquileres han subido un 50% en la última década, a pesar de las medidas de control implementadas por el gobierno alemán.
En Ámsterdam, la situación es igualmente preocupante. La capital holandesa, conocida por su alto nivel de vida, se enfrenta a una crisis de vivienda sin precedentes. Los precios de compra han subido un 60% desde 2015, y los alquileres en el centro superan los 2.000 euros mensuales para un piso de dos dormitorios.
Las causas de la crisis de asequibilidad de la vivienda
Detrás del deterioro de la asequibilidad de la vivienda en Europa hay una combinación de factores que han agravado la situación en los últimos años. Según el informe de Oxford, las causas más relevantes son:
- Especulación inmobiliaria. La compra de viviendas por parte de fondos de inversión ha disparado los precios en ciudades como Lisboa, Madrid o Berlín, controlando un porcentaje cada vez mayor de las viviendas en alquiler.
- Turismo. Ciudades como Lisboa, Barcelona o Ámsterdam han visto cómo el auge del turismo ha convertido miles de viviendas en alojamientos turísticos. Esto ha reducido la oferta de alquiler a largo plazo y ha encarecido los precios.
- Falta de vivienda pública y social. La mayoría de los países europeos han reducido su inversión en vivienda asequible en las últimas décadas.
- Salarios estancados. Mientras los precios de la vivienda se disparan, los salarios no han seguido el mismo ritmo. En España, por ejemplo, los salarios apenas han crecido un 26,5% en la última década, mientras el alquiler ha subido un 91,4%, la vivienda nueva un 51,9% y la usada un 35,1%.
Amenazas futuros para Europa
La crisis de asequibilidad de la vivienda, junto con el estancamiento demográfico, se ha consolidado como una «importante amenaza para las perspectivas de crecimiento» en Europa. Por ello, abordar las presiones del mercado inmobiliario es fundamental, ya que su resolución es clave para la «movilidad laboral, la inversión y la cohesión social».
Según el análisis de Oxford Economics as ciudades europeas se encuentran en un punto de inflexión demográfico a largo plazo. En concreto, se estima que la población en edad de trabajar «habrá disminuido en casi el 60% de las principales ciudades para 2050». Este declive poblacional intensificará la presión sobre la oferta laboral ya ajustada en las ciudades, elevando los costes empresariales y, en última instancia, «socavando la competitividad».
Sobre el impacto de este cambio demográfico, el estudio prevé que será desigual. Los mercados del sur y del este son los que «sufrirán las caídas más pronunciadas» en la población en edad de trabajar. Esta situación tensará la oferta de mano de obra y «debilitará la competitividad» de estas ciudades, precisamente en un momento en que los responsables políticos de la Unión Europea buscan capacitar a los trabajadores para las transiciones ecológica y digital.
La pérdida de asequibilidad de la vivienda tiene, por lo tanto, consecuencias económicas más amplias, que incluyen la «reducción de la movilidad laboral», la disminución de los «ingresos disponibles» de los hogares y una «menor inversión empresarial». Además, menos trabajadores hacen más difícil para las ciudades «mejorar la cualificación de su mano de obra».


















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