Los alumnos y alumnas de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universitat Politècnica de València (UPV) construyen un “balcón telescópico” en madera pensado para ser adherido a fachadas existentes de viviendas y poder mejorar así la calidad de vida de las personas que las habitan.
El taller ha estado organizado en el marco de la Cátedra Maderamen desde la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y se ha invitado a participar a la Cátedra de Arquitectura Sostenible, desde la Universidad de Alicante (UA). Ambas cátedras están promovidas por la Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática como plataformas de conocimiento y ejecución y el Instituto Valenciano de la Edificación (IVE).
Desde la cátedra Maderamen se promueve la participación en proyectos competitivos de innovación, transferencia de tecnología y colaboración con empresas del sector, así como la organización de concursos, talleres, jornadas y publicaciones que fomenten y promocionen la necesidad e importancia de la madera en la edificación. Concretamente, en esta ocasión los alumnos y alumnas han participado en el taller ‘Design & build. Creación de artefactos arquitectónicos anexos para la mejora de la calidad de vida en la vivienda’.
Para esta primera edición de este taller, se propone una metodología design and build que busca fomentar el uso de la madera desde la fase de diseño (papel en blanco) hasta la ejecución participativa de prototipos, partiendo desde criterios de recircularidad, sostenibilidad y eficiencia energética. Esta premisa busca situar a la madera como uno de los materiales que liderarán la transición ecológica y sostenible del presente y el futuro, por sus cualidades físicas, su proceso de producción y su contribución a la descarbonización del planeta.
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Partiendo de esta metodología y criterios, esta primera edición sitúa como lugar de trabajo el balcón como espacio redescubierto y revalorizado a raíz de la crisis climática y sanitaria que se está padeciendo en el planeta; cuya función primigenia se fue quedando en el olvido, pero que siempre tuvo gran importancia dentro los espacios habitables.
Es ahí donde la premisa inicial cobra todo el sentido: la madera, a través del diseño bioclimático, es un material que enriquece las cualidades de estos espacios e incluso potencia estas características, generando nuevas tipologías que son focos de salud, eficiencia y sostenibilidad.
En consecuencia, el objetivo fundamental de este taller es explorar soluciones sostenibles, eficientes y saludables, con la madera como material principal, para crear un módulo de balcón insertable donde haga falta.
El diseño ha consistido en un artefacto con varios tramos telescópicos, de forma hexagonal, que pueden desplegarse para pasar de un balcón a una terraza más amplia.
El taller se ha desarrollado a lo largo de cinco días. Dos en Alicante, para las etapas teóricas y tres en Valencia para las de práctica y de ejecución. Para ello, la cátedra Maderamen ha contado con la colaboración del equipo de la empresa Okambuba. En Valencia, inauguraron el taller el director general de Calidad, Rehabilitación y Eficiencia energética, Alberto Rubio y el director de la ETSA de la UPV, Iván Cabrera i Fausto.
El diseño ha consistido en un artefacto con varios tramos telescópicos, de forma hexagonal, que pueden desplegarse para pasar de un balcón a una terraza más amplia.
Desde la Cátedra Maderamen de la UPV, junto con la Vicepresidencia Segunda y Conselleria de Arquitectura Bioclimática, se pretende consolidar este tipo de taller con el objeto de poder crear “artefactos arquitectónicos” de más envergadura que incluso puedan constituir una vivienda de emergencia, para dar respuesta a las necesidades que puedan surgir en caso de catástrofes.
En el taller han colaborado diferentes empresas valencianas vinculadas al sector de la madera con el objetivo de trabajar conjuntamente desde diversas áreas como son la innovación, la administración, la universidad y las empresas. Se trata de Okambuba, Spax, Rothoblass, Qwindows y Altermat.
El “balcón telescópico” ha sido construido por los propios los alumnos y alumnas en el taller de maquetas de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPV y podrá visitarse en el hall de dicha escuela.
La situación de emergencia sanitaria y climática ha sacado a relucir las carencias reales de los espacios que habitamos y ser conscientes que no son aptos para la vida familiar, social y el trabajo. Eso ha dado lugar a una repentina e inesperada reivindicación del balcón como espacio de vida, de respiro y contacto con el exterior.
En este nuevo contexto, esta relación entre vivienda y bienestar cobra mayor importancia y exige que los espacios en los que vivimos sean concebidos con criterios de salud, eficiencia, sostenibilidad y accesibilidad como conceptos centrales. Es aquí donde estos espacios intermedios como el balcón adquieren un papel fundamental como eje de un plan de reactivación.
El siguiente paso es incorporar materiales para construir espacios que cumplan con estos criterios y conseguir que nuestras viviendas pasen a ser generadoras de sostenibilidad, es decir, que sean capaces de ahorrar en materias primas, energía e impactos en el medio ambiente y devengan fuente de mejora económica y social.
Se calcula que los edificios consumen el 40% de la energía del mundo en su construcción, uso y mantenimiento. Dentro de toda la paleta de materiales de la construcción, la madera es uno de los pocos de uso habitual que reúne todas las características para materializar en un espacio una solución integral que reúna todas las cualidades necesarias en una situación de emergencia como la actual, ya que la madera mejora el funcionamiento bioclimático y cumple con criterios de bioconstrucción en las viviendas.
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