El porcentaje de mujeres que se encuentran desempeñándose dentro de la ingeniería es considerablemente bajo en relación con los hombres. Podemos constatar esto en estudios como el desarrollado por el Observatorio de la Ingeniería de España en donde se afirma que en España hay 750.000 profesionales de la ingeniería, de los cuales un 20%, son mujeres.
Podríamos plantearnos diversas respuestas a la pregunta de por qué sucede. Más allá de obtener una respuesta en concreto, quisiera analizar de manera superficial, a una fuente inspiradora como lo fue la Ingeniera Elisa Leonida Zamfirescu, quien es considerada como una de las primeras ingenieras de Europa. Para ella no fue nada fácil el camino, ya que tras solicitar su ingreso en la Universidad Politécnica de Bucarest con la finalidad de cursar un título en la Facultad de Puentes y Caminos de Bucarest su solicitud fue rechazada. ¿El motivo? Su género. Ante el rechazo continuó siendo valiente y decidió emigrar a Berlín con el objetivo de luchar por sus sueños. Así se inscribió en la Universidad Técnica de Berlín en 1909.
Los problemas ocasionados por su género continuaron. Sin embargo, ella fue mucho más resiliente y en el año 1912 se graduó con honores en la especialidad de Química, siendo calificada por el decano como “la más diligente de los diligentes”. ¡Qué sorpresa! ¡La ingeniera Elisa no solo se graduó sino que obtuvo mención honorífica!
La pasión enfocada en objetivos
Analizando el panorama, vale la pena preguntarnos si lo logró por ser mujer: La respuesta es “no”. Lo logró porque ante la adversidad enfocó su pasión y su esfuerzo en alcanzar el objetivo de ser ingeniero. Sin embargo, hay algo que resaltar de esta historia. Además de pasión, tuvo enfoque y deseo de lograrlo. No podemos cerrar los ojos ante la realidad de que en caso de haber nacido hombre ella habría alcanzado su objetivo en Bucarest sin tener que emigrar y encontrarse con un sinfín de puertas cerradas y de tropiezos en su camino.
Muchos de nosotros, hombres o mujeres, nos enfrentaremos a diario a diferentes panoramas que traen consigo sus propias limitaciones. Muchas de ellas no las podemos controlar, ni decidimos tenerlas, ya que se encuentran vinculadas a cuestiones sociales, culturales, políticas o económicas, entre otros motivos. Ante estas limitaciones tenemos que tomar una decisión como lo hizo Elisa. ¡Luchar por nuestros objetivos y metas, sin importar las circunstancias! O simplemente convertir esas metas en sueños, y no los sueños en metas
La pasión combinada con la visión por nuestros objetivos, nuestros valores y principios nos llevan a la excelencia y al logro de nuestras metas.
Inspira con tu ejemplo
¿De dónde surgió la pasión por la ingeniería en la historia inspiradora de Elisa? Si nos adentramos un poco más en su biografía, entenderemos que parte de esta pasión por ser ingeniera proviene de su familia, ya que su abuelo materno fue ingeniero, y también su hermano, por lo que tuvo acercamiento con la ciencia desde muy pequeña.
Englobando entonces toda esta perspectiva, podríamos decir que la incorporación de más mujeres en el sector se presenta a partir de dar a conocer las referentes actuales, sus logros profesionales e, incluso, las barreras que han derribado para lograrlo. Así normalizaríamos que una niña sienta el deseo de “ser ingeniera”.
Enfocándonos un poco en la situación actual debemos reconocer que aun siendo un sector dominado por hombres, hemos venido ganando espacios gracias, no a nuestro género, sino a nuestro incansable esfuerzo por superarnos incluso a nosotras mismas. Superando los obstáculos a los que muchas mujeres nos enfrentamos: brechas, desigualdades sociales, económicas, culturales, además de nuestros propios límites mentales arraigados a partir de la cultura de nuestra sociedad, en donde a pesar de haber alcanzado la meta de ser ingenieras creemos imposible que podamos llegar a ser líderes y personajes emblemáticos del sector.
La mujer es naturalmente líder
Analizando el concepto de líder me atrevería a decir que naturalmente las mujeres somos líderes, ya que, en nuestra cotidianidad, solemos liderar a un equipo denominado hogar y constantemente apoyamos e influimos positivamente a los miembros de ese equipo con el propósito de alcanzar las metas comunes y no comunes con el corazón puesto en que todos alcancemos el éxito.
Durante años se ha creído que la mujer en la ingeniería no puede tomar un papel protagónico o siquiera pensar que puede dirigir un proyecto, pero realmente en los últimos tiempos hemos demostrado con perseverancia que nuestro liderazgo es innato y que podemos realizar al igual que los hombres cualquier actividad en el sector.
Las mujeres hemos irrumpido en el sector de la ingeniería no para ocupar “puestos” sino para apoyar, crear, y aportar nuestras ideas a este sector. Un ejemplo de ello es que, a día de hoy, muchas mujeres se encuentran a cargo de grandes proyectos de construcción, de grandes desarrollos urbanos y de diferentes entes y organizaciones que apoyan al crecimiento de nuestros países.
Por otra parte, la falta de identificación de la mujer con los puestos de trabajo ha llevado a que se convierta en un paradigma el hecho de vincularse con la ingeniería, especialmente con los puestos relacionados con el sector AEC. Esta brecha se ha ido reduciendo gracias a la digitalización de la construcción, ya que incluso no es necesario ser ingeniero para realizar trabajos relacionados. Más bien se han generado múltiples posibilidades de perfiles técnicos a partir de la transformación de la industria.
En ese aspecto me atrevería a decir que atraer a la mujer a este sector no resulta complicado, pues hacerles ver de manera gráfica todo lo que pueden lograr y más aún demostrarles la importancia de su presencia en esta industria nos permitirá nivelar las estadísticas actuales.
Tú y yo podemos ser el ejemplo de quienes no se atreven a dar el gran paso de sus vidas. Si eres esa persona que no se atreve te invito a ver a tu alrededor un sin número de “Elisas” que día a día hacen maravillas con esta profesión.
Si pienso en mi entorno podría enumerar mujeres que no solo me inspiran por el buen desempeño y profesionalismo que tienen, sino por su ética, moral y buenos principios. Por eso comparto con ustedes algunas de ellas y su reseña inspiradora de por qué decidieron hoy ser llamadas ingenieras y arquitectas:
“Ser arquitecta me apasiona porque esta profesión me permite desarrollar una amplia variedad de habilidades y conocimientos simultáneamente. Cada proyecto es una oportunidad para aprender algo nuevo y crecer tanto personal como profesionalmente”
Candela Brizuela Montenegro. Arquitecta. Especialista BIM en EADIC – BIM Consulting & Solutions
“Decidí ser ingeniería porque me apasiona poder contribuir desde mis capacidades y conocimientos a mejorar las condiciones de vida de las personas y la sostenibilidad del ambiente, por lo que esta rama del conocimiento me brinda las herramientas y posibilidades de adaptar conceptos, metodologías y tecnologías a las problemáticas sociales, económicas y ambientales”
María José Moreno Vega. Ingeniera Sanitaria y Ambiental
“La Ingeniería ha representado una posibilidad de evolución e interacción permanente, exigente y retadora, una fuente de aprendizaje y de desarrollo creativo. La visión desde la hidráulica y el ambiente me ha permitido integrar la observación simultánea de los procesos humanos, naturales y sociales que ocurren con cada proyecto. Teniendo siempre como norte el respeto al ser humano, a mi país y a mi misma”
Emerly Castillo Saavedra. Ingeniero Civil | Docente universitaria | MSc en Obras Hidráulicas. Consultor Ambiental, experta en Gestión Ambiental de Obras Civiles. Coach Ontológico.
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