Una de las graves amenazas de nuestro planeta es la degradación del medio ambiente. Luchar contra el cambio climático y reducir la huella de carbono de los edificios, de los transportes… son desafíos a los que se enfrenta la sociedad día tras día. Europa está inmerso en procesos para conseguir una economía más sostenible.
Como los edificios y la construcción representan el 36% del consumo mundial de la energía y el 39% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el hormigón es uno de los materiales que más contribuye la huella de carbono en edificación e infraestructura.
Albert Berenguel, Marketing Manager Impermeabilización, Reparación y Protección del Hormigón del MBCC Group, con una larga trayectoria en el mundo de los productos químicos de la construcción y especializado en la impermeabilización del hormigón, plantea en el Libro Blanco “Impermeabilización. La forma más simple de reducir el impacto ambiental de las estructuras de hormigón” cómo puede prolongarse indefinidamente la vida de una estructura de hormigón evitando el impacto ambiental de reconstruirla cuando haya agotado su vida útil, sólo seleccionando la impermeabilización adecuada que proteja al hormigón del agua y otros agentes agresivos.
Además, muestra que, para minimizar el impacto ambiental, no basta con considerar únicamente la huella de carbono de las soluciones utilizadas para prolongar la vida útil de una estructura. La adecuación a las condiciones de exposición y el impacto en la durabilidad también deben evaluarse en el ACV (análisis del Ciclo de Vida) del edificio para minimizar futuras intervenciones y costes económicos y medioambientales adicionales.
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