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Proyecto de Investigación

Nuevas tecnologías para edificios antiguos suponen beneficios para el bolsillo y el clima

Las tecnologías “inteligentes” en los hogares reducen el consumo de energía y las facturas, lo que ha impulsado la investigación europea

Una aplicación de móvil para controlar energía en casa
Las aplicaciones pueden ayudar a reducir el consumo energético en viviendas y edificios

Si bien es cierto que las mejoras energéticas en los edificios pueden no tener el mismo impacto visual que el de cambiar a un automóvil eléctrico o renunciar a volar, estas mejoras reducen las emisiones que provocan el calentamiento global, haciendo al mismo tiempo la vida más cómoda para los ocupantes.

Los edificios son los mayores consumidores de energía en la Unión Europea. Muchos de ellos se calientan con combustibles fósiles o carecen del aislamiento adecuado. Además de ser económicamente derrochadores y perjudiciales para el medio ambiente, son cada vez menos adecuadas para los trabajadores y las familias en una época de olas de calor más frecuentes y graves.

Ahorro inteligente

A medida que Europa acelera la reducción de gases de efecto invernadero y los esfuerzos por prescindir del petróleo y el gas natural rusos aumentan, los ahorros energéticos en los edificios están recibiendo un impulso por parte de la UE tanto en el ámbito legislativo como en la investigación.

“La era de la energía muy barata en Europa ha terminado”, afirma Fergal Purcell, director ejecutivo de Arden Energy, una empresa irlandesa que busca reducir las facturas de combustible en los hogares y las oficinas. “La era de la energía inteligente está llegando”.

La UE se ha comprometido este año a establecer objetivos más ambiciosos de ahorro de energía, con el objetivo de reducir las emisiones en al menos un 55% para 2030 en comparación con los niveles de 1990 y alcanzar la neutralidad climática a mediados de siglo.

Los gobiernos de la UE y el Parlamento Europeo acordaron reducir el consumo final de energía en Europa en un 38% en esta década en comparación con las proyecciones de 2007 para 2030. La meta anterior de reducción para 2030 era del 32,5%.

Junto con una iniciativa para duplicar las tasas anuales de renovación de edificios en la próxima década, las “tecnologías inteligentes” que se están probando e implementando en proyectos de investigación europeos tienen un papel importante en la consecución del nuevo objetivo de eficiencia energética de la UE.

Jugando de manera inteligente

Un proyecto llamado SMART2B recibió financiación de la UE para monitorear y controlar equipos existentes en edificios, ya sean electrodomésticos nuevos, antiguos sistemas de calefacción o paneles solares en los techos, a través de sensores y interruptores conectados.

“Estamos tratando de integrar equipos heredados, que carecen de inteligencia, así como electrodomésticos inteligentes”, explica Nuno Mateus, coordinador de SMART2B, que se desarrollará durante tres años hasta agosto de 2024.

El proyecto de investigación europeo SMART2B busca monitorear y controlar equipos existentes en edificios, ya sean electrodomésticos nuevos, antiguos sistemas de calefacción o paneles solares en los techos, con el objetivo de aumentar la eficiencia energética en hasta un 40%

Para ello se están utilizando edificios en diferentes climas y con características diferentes como casos de prueba: una residencia de ancianos en Dinamarca, hogares de crianza y apartamentos Airbnb en Portugal, oficinas en España y un centro comercial en Suecia.

“El enfoque principal debería centrarse en las personas que utilizan los edificios”, señala Nuno Mateus. El equipo de SMART2B espera que, al final del proyecto, la configuración haya demostrado aumentos en la eficiencia energética de hasta un 40%.

Una aplicación para todo

En este sistema, los usuarios reciben una aplicación para smartphone o un sistema basado en web para monitorear datos sobre el consumo de energía y el rendimiento.

La técnica se basa en la nube y en Internet de las Cosas, una red de objetos conectados, como sensores o dispositivos de medición. Incluye el uso de inteligencia artificial, modelado de datos y software conocido como “interfaces de programación de aplicaciones” que permiten que diferentes dispositivos se comuniquen entre sí.

Equipos heredados no conectados, como calentadores eléctricos y tecnología más moderna como paneles solares, pueden ser monitoreados y controlados dentro de la misma configuración. Los equipos más antiguos se conectan a través de enchufes y medidores inteligentes.

“Estamos tratando de desarrollar dispositivos que sean independientes del tipo de equipo al que se conecten”, recalca Mateus, gerente de proyecto en el brazo de investigación y desarrollo NEW de la empresa energética portuguesa EDP.

Motivando a más personas

Mantener al público comprometido ha sido un objetivo clave de SMART2B, ya que aborda un desafío típico de muchos usuarios de aplicaciones, independientemente del sector: después de un entusiasmo inicial, pierden interés.

Para evitar que esto suceda, los investigadores han fomentado un sentido de competencia a través de desafíos y misiones dentro de la aplicación. En lo que Mateus describe como la “gamificación” del sistema, los usuarios pueden ganar puntos con ciertos comportamientos, como reducir el consumo o limitarlo a horas fuera de pico.

La idea es que, al comparar resultados, los participantes aumenten su conocimiento de patrones de consumo más ecológicos y se sientan motivados a seguirlos. Mateus considera que la actual crisis energética en Europa probablemente impulsará más acciones en este campo.

“Necesitamos aprovechar este momento para transmitir el mensaje”, asegura. “Es la manera más sencilla de ver una diferencia al final del mes en la factura de electricidad y mejorar las condiciones de vida en su edificio”.

Purcell de Arden Energy está de acuerdo. “El aumento de los precios de la energía ayuda a crear conciencia y centrar la atención en el consumo de energía”, opina al respecto. Purcell forma parte de un caso de prueba irlandés en otro proyecto europeo, PHOENIX, que también recibió financiación de la UE para mejorar la eficiencia energética en edificios.

Los investigadores de PHOENIX, cuyo proyecto ha durado tres años, han compartido experiencias e información con el equipo de SMART2B. “Nuestra aproximación es facilitar la operabilidad entre nuestro sistema y otros sistemas”, agrega Antonio Skarmeta, coordinador de PHOENIX. “No esperamos que nuestro sistema sea el único”.

Tomar el control

La digitalización ha hecho posible la interoperabilidad y el intercambio de datos, lo que ha ayudado a cambiar la actitud de los consumidores hacia servicios como la energía.

“Solíamos ser clientes, ahora nos estamos convirtiendo en ‘prosumidores'”, afirma Skarmeta, profesor en el Departamento de Ingeniería de la Información y Comunicación de la Universidad de Murcia en España. “Los usuarios quieren tener el control”.

Además de Irlanda, la tecnología de PHOENIX se está probando en Grecia, España y Suecia. Los sitios incluyen hogares y el Centro Nacional de Economía Circular en Irlanda; cuatro apartamentos residenciales y un centro empresarial en España; un edificio renovado perteneciente al ejército en Grecia; y una estructura comercial y residencial en el norte de Suecia.

El equipo está realizando pruebas finales en los sitios y espera que los resultados demuestren que es factible lograr una reducción en el consumo de energía del 20% al 25% utilizando la tecnología, según Skarmeta.

La tecnología reúne datos de equipos existentes en los edificios en una plataforma de software central. Luego, puede analizar la información y ofrecer consejos a los ocupantes del edificio sobre cómo mejorar la eficiencia o los servicios de gestión de energía a través de una aplicación web o para smartphone.

El sistema se puede configurar para ofrecer incentivos, como tarifas más bajas, si los usuarios acuerdan limitar el consumo de energía en horas pico, por ejemplo. O pueden permitir que los usuarios vendan la energía generada por paneles solares a la red.

Las personas pueden recibir consejos en forma de alertas en sus smartphones, optando por cargar su automóvil eléctrico en una noche con mucho viento cuando los aerogeneradores están ocupados y los precios de la electricidad son bajos. Los consumidores también pueden dejar que la aplicación tome decisiones sobre cuándo cargar su automóvil, seleccionando el momento más barato y ecológico según las previsiones de demanda.

Asegurarse de que los consumidores puedan manejar los nuevos sistemas de ahorro de energía en casa puede ser tan importante como implementarlos, según Purcell.

*Por HELEN MASSY-BERESFORD

Original article: New tech for old buildings means gains for the wallet and climate

This article was originally published in Horizon, the EU Research and Innovation magazine

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