Ni la falta de innovación, ni la poca disposición de empresas y profesionales a explorar nuevas vías en la rehabilitación de edificios, ni la carencia de sistemas y soluciones adecuados; el principal obstáculo para el despegue de la industrialización en los trabajos de rehabilitación es la gestión burocrática. Al menos, así lo creen los mayores expertos en construcción industrializada que han sido sondeados por el Clúster de la Edificación para obtener una radiografía certera de la realidad de este subsector.
Sandra Llorente, directora general en Lignum Tech y Rehabiterm; Juan Carlos Cabrero, director del Curso de Técnico Especialista en Construcción Industrializada en el COAATM; Álvaro Pardo, arquitecto en Innovación y Sostenibilidad; Marta Fuente y Julen Astudillo, de Tecnalia Research & Innovation; Begoña López, CEO en Componentes y Unidades Constructivas; y Julián Dominguez, socio director de CIP Arquitectos, han analizado de forma exhaustiva los pormenores, desafíos y oportunidades de la industrialización en el ámbito de la rehabilitación que, en la actualidad, tiene una incidencia prácticamente nula. Sus conclusiones han sido recogidas en un documento por parte del grupo de Trabajo de Industrialización en la Rehabilitación del Clúster de la Edificación.
Según estos expertos, la rehabilitación industrializada apunta a posicionarse como un nicho de mercado pequeño con un alto potencial en términos de volumen. Para conseguirlo el sector deberá enfocarse en solucionar problemas específicos como la ausencia de sistemas diseñados exclusivamente para rehabilitación, la escasa digitalización de los procesos y la mejora en la gestión.
“La industrialización en la rehabilitación en España está bajo mínimos. Antes que hablar de rehabilitación, tendríamos que hablar de digitalización del entorno construido”, asegura Sandra Llorente. Con ella coincide Julián Domínguez, que añade que “no podemos rehabilitar energéticamente 300.000 viviendas al año con sistemas tradicionales, se necesita digitalización e industrialización”.
Pero, sin duda, la gestión burocrática y la lentitud de los procesos, en teoría tan sencillos como la obtención del Libro del Edificio o la solicitud de subvenciones o licencias, es el mayor escollo que encuentra el sector en comparación con otros países de nuestro entorno.
“Por ejemplo, algunos ayuntamientos en Francia están otorgando licencias para la incorporación de balcones industrializados o aumentando la edificabilidad del edificio. En España es necesario disponer de soluciones constructivas industrializadas y agilizar el proceso de certificación de su calidad y prestaciones”, manifiesta Juan Carlos Cabrero.
Además, las normativas actuales representan una limitación significativa para el uso de soluciones innovadoras debido a su antigüedad y las restricciones que imponen; la incertidumbre de la coyuntura actual, la falta de estandarización y la ausencia de masa crítica de proyectos están ralentizando todo el proceso. “Una de las principales barreras que encontramos es que todo lo industrializado trata de ser lo más homogéneo posible, con el fin de hacer series de fabricación que permitan economías de escala. Pero la rehabilitación no lo es. Solo sería homogéneo en, quizá, un 40% del edificio”, opinan Marta Fuente y Julen Astudillo.
¿Existe una solución ideal?
En la actualidad, el uso de soluciones de rehabilitación industrializada para mejorar la envolvente de los edificios es bastante limitada. Principalmente se utilizan soluciones de fachada, cubiertas o de huecos, las cuales requieren la participación de diferentes oficios y suelen plantear grandes problemáticas. También se están aplicando en elementos de accesibilidad como rampas y ascensores externos. Sin embargo, no existe actualmente una solución ideal, sino más bien una variedad de soluciones con diferentes grados de industrialización, que implican una mayor o menor participación de elementos o procesos industrializados.
En el caso de las fachadas, los expertos recomiendan que no se derribe la fachada original por los grandes costos y la interferencia generada en los ocupantes del edificio. Una alternativa a considerar es la creación de una segunda envolvente, que permita mejorar la eficiencia térmica y acústica del edificio sin tener que reemplazar completamente la fachada original. Es importante seguir investigando y desarrollando nuevas alternativas que permitan una mejora más efectiva y menos invasiva en el entorno construido.
Los expertos creen que deben buscarse soluciones que nunca sean más costosas que las actuales, estandarizadas, adaptables a las necesidades del edificio existente, personalizables, con baja huella de carbono y que cumplan con los requisitos normativos en materia de seguridad frente al fuego, acústica y eficiencia térmica, entre otros.
España no sale muy bien parada en materia de rehabilitación industrializada en comparación con otros países europeos. Las fachadas ventiladas son la solución industrializada más utilizada fuera de España para rehabilitación en países que invierten más dinero que España en promover la renovación de edificios existentes, con fondos especiales como el Superbonus de Italia o las rebajas fiscales de Francia.
Los expertos, señalan en último lugar, que la formación también jugará un papel clave en el avance del sector. “Actualmente, los jóvenes en España no muestran interés en trabajar en la construcción debido a las condiciones precarias. En cambio, Alemania promueve la inserción de los jóvenes en el sector a través de la formación dual, proporcionándoles una capacitación práctica para prepararlos para el mundo laboral. Esto les permite obtener experiencia y financiar su educación, mientras que las empresas pueden cubrir la demanda de mano de obra calificada”, concluyen.
El Grupo de trabajo Industrialización en la Rehabilitación está formado por profesionales de Mapei, URSA, ITC-AICE, Grupo Emac, Pladur, Danosa y BMI.
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