Chicago, Tel Aviv, Ascona, Dessau, Kaliningrado. Paul Klee, Kandinsky, Anni Albers, László Moholy-Nagy, Iwao Yamawaki. La «Bauhaus Estatal», fundada en Weimar en 1919 por Walter Gropius y amigos, se convirtió rápidamente en un movimiento internacional de arquitectura, arte y diseño. Ha influido en el pensamiento creativo, el mobiliario y los paisajes urbanos en todo el mundo desde hace más de un siglo. Combinando el arte y el sentido práctico, la ingeniosa vanguardia del movimiento Bauhaus contribuyó literalmente a configurar la transición social y económica hacia una sociedad industrial y el siglo 20.
Cien años después, nos enfrentamos a nuevos desafíos mundiales: el cambio climático, la contaminación, la digitalización y la explosión demográfica, que se espera que eleven la población mundial hasta los 10 000 millones de personas de aquí a mediados de siglo. Esta evolución va acompañada de un crecimiento económico aparentemente ilimitado a expensas de nuestro bienestar, nuestro planeta y nuestros limitados recursos naturales.
Los edificios y las infraestructuras son responsables de al menos el 40 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Las construcciones modernas se basan en gran medida en el cemento y el acero, cuya producción consume una enorme cantidad de energía e incluso libera directamente CO2 a través de reacciones químicas.
Todos los signos apuntan en la misma dirección: tenemos que reinventarnos y replanificar el futuro. Y Europa puede y debe desempeñar un papel de liderazgo en este sentido. Por eso hemos convertido el Pacto Verde Europeo en nuestra prioridad. Este Pacto ofrece una gran variedad de nuevas oportunidades y es nuestra nueva estrategia de crecimiento. Nuestro principal objetivo es que Europa sea el primer continente climáticamente neutro en 2050, lo que requerirá algo más que reducir las emisiones. Necesitamos un modelo económico que devuelva al planeta lo que obtiene de él a través de una economía circular impulsada por energías renovables.
“Los edificios y las infraestructuras son responsables de al menos el 40 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero”
Pero quiero que sea algo más que un proyecto medioambiental o económico. El Pacto Verde Europeo debe también, sobre todo, ser un nuevo proyecto cultural para Europa. Cada movimiento tiene su propia imagen y su propio sentimiento. Y este cambio sistémico requiere una estética propia, basada en una mezcla de diseño y sostenibilidad.
Esta es la razón por la que lanzaremos un nuevo movimiento Bauhaus europeo, un espacio de diseño colaborativo y creación en el que arquitectos, artistas, estudiantes, científicos, ingenieros y diseñadores trabajen juntos para hacer realidad esta visión. El nueva Bauhaus europeo será una fuerza motriz que materializará el Pacto Verde Europeo de una forma atractiva, innovadora y centrada en el ser humano. Será un movimiento basado en la sostenibilidad, la accesibilidad y la estética y destinado a acercar el Pacto Verde Europeo a las personas y hacer que el reciclaje, las energías renovables y la biodiversidad adquieran pleno reconocimiento.
Las personas deben ser capaces de sentir, ver y experimentar el Pacto Verde Europeo. Bien gracias a una industria de la construcción que utilice materiales naturales, como la madera o el bambú. Bien a través de una arquitectura que adopte formas y principios de construcción casi naturales, que tenga en cuenta los ecosistemas desde el primer momento, y que propicie y planifique la sostenibilidad y la reutilización.
El nuevo Bauhaus europeo también debería aprovechar la otra megatendencia revolucionaria de nuestro siglo. La digitalización está cambiando cada vez más la forma en que pensamos y actuamos. En el futuro, las casas, los asentamientos y las ciudades funcionarán mejor gracias a su «gemelo digital». Las simulaciones por ordenador permitirán mejorar las decisiones de diseño en términos de eficiencia de los recursos, reutilización o impacto en el medio ambiente y el clima local. El objetivo es lograr ciudades climáticamente neutras que sean más habitables.
Al igual que el histórico movimiento Bauhaus que se extendió por todo el mundo desde Weimar, se pretende que el Nuevo Bauhaus europeo sea más que una simple escuela de arquitectura que utiliza nuevas tecnologías y técnicas. El éxito pionero del movimiento Bauhaus no habría sido concebible sin el puente que lo conectaba con el mundo del arte y la cultura, así como con los retos sociales del momento. El viejo Bauhaus demostró que la industria y el buen diseño pueden mejorar la vida cotidiana de millones de personas.
“En el futuro, las casas, los asentamientos y las ciudades funcionarán mejor gracias a su gemelo digital”
El nuevo Bauhaus europeo debería impulsar una dinámica similar. Debe demostrar que lo necesario puede ser al mismo tiempo hermoso, y que el estilo y la sostenibilidad van unidos. Debemos abandonar los sederos trillados y cambiar nuestra perspectiva. El nuevo Bauhaus europeo creará el espacio necesario para ello.
En los próximos dos años se crearán los cinco primeros proyectos Bauhaus europeos en diferentes países de nuestra Unión. Todos ellos estarán comprometidos con la sostenibilidad, pero aplicando enfoques diferentes. Sus enfoques pueden ir desde los materiales naturales de construcción y la eficiencia energética hasta la demografía, la movilidad orientada al futuro o una innovación digital eficiente en el uso de los recursos; y siempre en estrecha relación con la cultura y el arte. Como laboratorios creativos y experimentales y puntos de atraque para las industrias europeas, constituirán el punto de partida de una red europea y mundial que maximice el impacto económico, ecológico y social más allá de cada uno de los proyectos.
Es mi deseo que el Nuevo Bauhaus europeo ponga en marcha un movimiento creativo e interdisciplinario que desarrolle estándares estéticos y funcionales, en sintonía con los planteamientos más avanzados en materia de tecnología, medio ambiente y clima. Si conseguimos combinar la sostenibilidad con un buen diseño, estaremos dando un verdadero impulso al Pacto Verde Europeo, incluso más allá de nuestras fronteras. El Pacto debe estimular el debate sobre nuevos métodos de construcción y formas de diseño. Debe asimismo experimentar y ofrecer respuestas prácticas a la cuestión social de cuál puede ser para los europeos una vida moderna en armonía con la naturaleza. Contribuirá así a que nuestro siglo 21 sea más hermoso y humano.
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