“Tras la pandemia de COVID-19, el modo de vida y trabajo de las personas ha cambiado notablemente, y los edificios deben adaptarse a estas nuevas necesidades”. Así lo afirmaron los expertos de Sika, el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE), el Clúster de Hábitat Eficiente AEICE y Green Building Council España (GBCe) durante un encuentro sobre edificios y salud.
Uno de los temas destacados en la discusión fue la calidad del aire interior. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire interior puede ser hasta cinco veces mayor que la del exterior. Juan López-Asiain, director del Gabinete Técnico del CGATE, mencionaba que “algo tan simple como dormir con la puerta cerrada puede multiplicar la concentración de CO₂ en una habitación, afectando a nuestra respiración y descanso”.
Además, los expertos abordaron la importancia de la salubridad de los materiales de construcción y la necesidad de rehabilitación y actualización edificios antiguos para que cumplan con los estándares modernos de bienestar y salud ambiental.
El impacto en la salud mental y física
En el contexto actual, donde la eficiencia energética, la disminución de la huella ambiental y la descarbonización de las ciudades son prioridades absolutas, los edificios insalubres impactan significativamente en la salud mental y física de sus habitantes.
Dolores Huerta, directora general de GBCe recalcaba la gran incidencia de los materiales en la salud física y psicológica: “Pasamos un 80% de nuestro tiempo en interiores. La influencia de nuestro entorno en nuestra salud es muy alta y no siempre somos conscientes de ello”.
Abordar la incidencia de materiales insalubres en los edificios es crucial para garantizar ambientes seguros y saludables: “Los materiales que nos rodean emiten sustancias que pueden afectar a nuestra salud. En Sika, nos aseguramos de que nuestros materiales sean lo más saludables posible, desde la producción hasta su aplicación y uso en los edificios. Desde hace muchos años tenemos nuestra propia lista de materiales peligrosos, que es mucho más restrictiva que las listas oficiales. Nos enfocamos en crear productos más sostenibles y menos agresivos para la salud”, subrayaba Julia Gómez, del departamento de prescripción de Sika.
En este sentido, Sika ha implementado medidas para minimizar los Compuestos Orgánicos Volátiles (COVs) en sus productos. “Realizamos una pre-polimerización de los bisfenoles en nuestras resinas para evitar que se liberen como volátiles. En las láminas de impermeabilización de cubiertas, nos enfocamos principalmente en las láminas de poliolefina (FP), que no contienen plastificantes migratorios. En cada ámbito, estamos haciendo algo para intentar mejorar la calidad de nuestros materiales”, destacaba Gómez.
Al mismo tiempo, Gómez explicaba que las fichas técnicas proporcionan información limitada sobre la calidad y la seguridad de los productos, centrándose principalmente en aspectos funcionales y técnicos. Sin embargo, la verdadera diferencia entre materiales se revela en las hojas de seguridad, documentos públicos obligatorios disponibles para cualquier tipo de material en cualquier empresa.
“Es imprescindible que los prescriptores y técnicos consulten las hojas de seguridad para comprender adecuadamente los riesgos asociados con los materiales que utilizan”
Julia Gómez. Departamento de prescripción de Sika.
“Estas hojas detallan el grado de toxicidad de un material y sus posibles impactos en la salud, incluyendo efectos como la afectación a la fertilidad, a los pulmones, al ciclo reproductivo, entre otros. Es imprescindible que los prescriptores y técnicos consulten estas hojas para comprender adecuadamente los riesgos asociados con los materiales que utilizan”.
La renovación de los edificios antiguos
La renovación de los edificios antiguos, como los construidos en los años 80, es también de suma importancia para evitar la incidencia de las condiciones insalubres en las personas que los habitan y hacen uso de ellos.
“Debemos poner el foco en las viviendas que ya existen, que tienen unas gravísimas carencias de accesibilidad y presentan humedades, temperaturas incontroladas y materiales peligrosos”, declaraba López – Asiain. “Los edificios de esa época, construidos antes de la aprobación de la normativa actual, requieren una rehabilitación integral para cumplir con los estándares modernos de confort y salud”, finalizaba.
Enrique Cobreros, director de AIECE, explicaba que “tanto el sector como España tienen un reto, que es llegar a los objetivos marcados por la Unión Europea y en la Estrategia a Largo Plazo para la Rehabilitación Energética en el Sector de la Edificación en España (ERESE). Existen numerosos edificios antiguos que no cumplen con los estándares”, señalaba.
López-Asiain también indicaba que, en el sector de la edificación, los esfuerzos se están focalizando en la rehabilitación: “Queremos ayudar y acompañar a las empresas y los técnicos en tener esa visión de no solo hablar de emisiones, sino de mejorar la vida de las personas desde un punto de vista más holístico, incrementando su calidad de vida en el entorno donde pasan la mayoría de, su tiempo”.
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