Los costes del sector de la construcción se mantienen en 2023 por encima de los pre-covid y su evolución es incierta

Los precios de materiales, energía y mano de obra no dan tregua a las constructoras desde el inicio de la pandemia. La fuerte contracción económica derivada de las restricciones para contener la pandemia y la reactivación económica posterior, alimentada por los paquetes de estímulo de los diferentes países, supuso que, desde mediados de 2020, los precios de las materias primas y la energía experimentaron un desorbitado incremento. En 2023 se mantuvieron también muy por encima de los niveles pre-covid, generando incertidumbre en el sector.

Así lo refleja el informe de ANCI “Evolución de los precios de los materiales, la energía y la mano de obra en la construcción”, donde se recuerda que la situación se agravó tras la invasión de Ucrania por Rusia, el 24 de febrero de 2022, alcanzándose los valores máximos de los precios a mediados de 2022.

Durante el segundo semestre de 2022, los precios de algunos materiales y de la energía comenzaron a bajar, aunque no se ha recuperado, en ningún caso, el nivel de precios pre-covid, y algunos, como los materiales bituminosos, el cemento, la energía o los áridos, iniciaron a mediados de 2023 una nueva senda alcista.

Índice de costes del consumo de materiales ponderado del sector de la construcción

Índice de Costes de la Construcción que publica el Ministerio de Transportes, cuyo incremento en el bienio 2021-2022 duplicó al de los 15 años previos. A finales de 2023 el índice no cede y se afianza en máximos históricos.

La gráfica anterior evidencia cómo, tras un largo periodo de evolución razonable de los costes del sector de la construcción, 2020 supone un brusco cambio en esa tendencia. El valor promedio del año 2021 (117,45) presenta un incremento por encima de doce puntos respecto al valor promedio de 2020 (105,03), esto es, igual al incremento acumulado en los trece años anteriores.

Precios de la energía y su impacto en la construcción

Por su parte, el Índice de Precios de la Energía prácticamente duplica en la actualidad los valores de inicios de 2021. Hasta finales de 2020, el Índice de la energía tenía un crecimiento medio anual del 3%. En 2021, ese ritmo se dispara hasta alcanzar un 94%. Entre enero y agosto de 2022, el índice aumenta un 38% más, alcanzando su valor máximo con un incremento acumulado del 190%.

A partir de ese momento, el índice comienza a decrecer, aunque muestra un repunte entre mayo y septiembre de 2023. A pesar de estos últimos meses de descenso de precios, el valor del último índice de precios de la energía, correspondiente al mes de noviembre de 2023, es un 92% mayor que a inicios de 2021, es decir, la energía en 2023 prácticamente duplica su coste de 2021.

Este fuerte encarecimiento está lastrando la rentabilidad de muchas constructoras, ya que en determinadas obras la energía puede llegar a suponer más del 30% de los costes. Sin embargo, esta variación está excluida del mecanismo excepcional de revisión de precios que ideó el Gobierno en 2022.

En lo que se refiere a los “Índices de precios de materiales”, el estudio extrae las siguientes conclusiones:

• En enero de 2021 comienza un fuerte incremento de los índices, que alcanzan un máximo a mediados de 2022. El aluminio aumenta un 75%, los materiales bituminosos un 82%, el cemento un 25%, la energía un 91%, los materiales cerámicos un 53% y los materiales siderúrgicos un 77%.
• Durante el segundo semestre de 2022, los índices de precios de algunos materiales muestran un descenso, pero no recuperan los valores pre-covid. Por su parte, el cemento, los áridos y los materiales cerámicos continúan con su tendencia alcista. En diciembre de 2022, el índice correspondiente al aluminio se mantiene un 48% por encima del índice de enero de 2021, los materiales bituminosos un 50%, el cemento un 25%, la energía un 52%, los materiales cerámicos un 52% y los siderúrgicos un 43%.
• En 2023, los áridos y el cemento no han dejado de crecer. El resto de materiales apuntan a una estabilidad en los precios entre principio y final de año, aunque marcados por fluctuaciones mensuales, bastante acusadas en los materiales bituminosos o la energía. En cualquier caso, ningún material vuelve a los niveles pre-covid. En agosto de 2023, el índice correspondiente al aluminio se mantiene un 31% por encima del índice de enero de 2021, los materiales bituminosos un 42%, el cemento un 43%, la energía un 37%, los materiales cerámicos un 45% y los siderúrgicos un 29%.

De este modo, según recoge el estudio, el sobrecoste medio acumulado en las obras en ejecución en los tres últimos años, derivado del incremento de precios de los materiales y la energía, oscila entre un 12% y un 22%, alcanzándose máximos de hasta el 29%, en ciertas tipologías de obras. El impacto real sobre los contratos es aún mayor debido a los incrementos del coste de la mano de obra en ese mismo periodo

El coste de la mano de obra en el sector de la construcción

Además de los materiales y la energía, otra componente sustancial de la estructura de los costes de construcción, la mano de obra, también ha seguido una tendencia alcista en sus costes desde 2021, prolongándose durante 2022 y 2023, y, a pesar del impacto sobre el equilibrio de los contratos públicos que ha supuesto este incremento de costes laborales, ningún régimen, ni excepcional ni ordinario, incluye el reequilibrio de los contratos por esta causa.

Según reza el estudio, la mano de obra, que en 1970 era una parte primordial del coste de producción, puede ser menos numerosa pero también es más especializada, lo que implica un mayor coste. Además, en el último trienio ha habido un fuerte incremento de los costes salariales, lo que cambia la tónica de crecimiento moderado y estable de los años anteriores. Sin embargo, esas desviaciones al alza, impredecibles en el momento de la adjudicación del contrato, no se consideran susceptibles de revisión, por lo que deben ser asumidas íntegramente por las empresas contratistas.